Cuando la economía no marcha bien o empiezan a registrarse indicadores negativos es común que la idea de una recesión económica empiece a circular entre analistas de mercados e inversionistas. Para evitar un debate sobre juicios subjetivos se han establecido criterios que te permitirán reconocer una recesión y los desarrollos que la caracterizan.
En economía, una recesión describe un periodo en el que por dos trimestres consecutivos vemos contracciones en la actividad ecónomica a través de caídas en la producción y usualmente incrementos en el desempleo. Esta definición nos ayuda a tener un estándar claro para diferenciar las recesiones de simples desaceleraciones en el crecimiento de la economía.
Por un lado, decimos que la economía está en desaceleración cuando empezamos a ver que esta crece cada vez más lento. Cuando el crecimiento se vuelve negativo, es decir, cuando la actividad económica cae tenemos una contracción, y cuando esto ocurre por dos trimestres consecutivos entonces podemos decir que la economía está en recesión.
La historia económica muestra que las economías se mueven en ciclos. Luego de periodos de recesión vemos una recuperación en la que la economía vuelve a crecer e incluso acelera hasta acercarse un pico a partir del cual viene la contracción y luego la recesión, y después, vuelve a empezar. Son precisamente estas alternancias a las que llamamos ciclos económicos.
Identificar en qué momento del ciclo económico nos encontramos, nos permite tomar decisiones tomando en cuenta las expectativas para el futuro de la economía, además de contribuir a mantener una perspectiva de largo plazo en la administración de un portafolio de inversión.
Por un lado, decimos que la economía está en desaceleración cuando empezamos a ver que esta crece cada vez más lento. Cuando el crecimiento se vuelve negativo, es decir, cuando la actividad económica cae tenemos una contracción, y cuando esto ocurre por dos trimestres consecutivos entonces podemos decir que la economía está en recesión.
Además del registro de dos trimestres consecutivos con tasas de crecimiento negativo, hay otros factores que pueden ayudar a identificar una recesión económica, tales como un aumento en el desempleo, una disminución en el precio de las viviendas, una baja generalizada de consumo, así como caídas en la inversión.
Un mayor desempleo reduce los ingresos disponibles entre los consumidores, lo que ocasionará que disminuya su consumo de bienes y servicios en general. Esta menor demanda ocasiona exceso de inventarios y eventualmente una reducción de la producción. Este ajuste en la producción podría ocasionar una nueva pérdida de empleos, lo que refuerza la manera en que estas características pueden generar un efecto dominó que reduce la actividad de una economía.
En otras ocasiones la primera ficha en caer puede ser la de la inflación, que ocasiona un incremento en los precios de bienes y servicios, seguida por una caída en el consumo, una menor actividad productiva y finalmente una caída en la inversión, ante las perspectivas de bajo dinamismo y confianza entre los consumidores.
No hay un solo origen de las recesiones, por esa razón es difícil pronosticar en qué momento iniciará una o determinar su duración. Sin embargo, como se ha señalado después de un periodo de expansión las economías son más propensas a registrar una recesión y entre las causas más frecuentes se encuentran las siguientes:
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